Alberso hablo de todo.
En principio y ante todo se dedicó a criticar a quienes salen a las calles para reclamar por sus derechos y señalo que siempre que se da una convocatoria, dos semanas después los casos de COVID se multiplican.
Hizo referencia a la oposición y dijo: “Tiene derecho a criticar, pero deben aprender a hacerlo en pandemia”
“En la pandemia no se critica con manifestaciones. Prefiero que salgan a los balcones y golpeen las cacerolas”, aseguró.
Le dedico también algunas palabras al ex Presidente Mauricio Macri quien fomento la última convocatoria desde Paris y asevero:”“No me parece feliz que un Presidente celebre la salida a la calle de la gente en plena pandemia”, lamentó Fernández. Y agregó que en Alemania la canciller Angela Merkel mandó a “reprimir las marchas anticuarentena”. Y le recordó al ex Mandatario las palabras que le expreso mediante una comunicación telefónica donde según Alberso este expreso que no se podía frenar la economía y que debían morir a los que deben hacerlo.
Se encargó también de Larreta, el jefe de Gobierno porteño y recalco que no está de acuerdo con la política de “relajamiento” cuando estamos viviendo la peor etapa en cuestión de contagios.
“Yo hubiera preferido esperar un poco más, Rodríguez Larreta me planteó una presión muy grande de los comerciantes”, explicó y afirmó que “le han hecho creer a la gente que estando en la calle el riesgo no existe”. “El riesgo existe, es menor, pero existe” afirmo
Se tomó un tiempo también para hablar de la reforma judicial impulsada por el oficialismo para perpetuarse en la impunidad y expreso: “La oposición debería “votar esta ley con las dos manos: es la garantía de que no les vamos a hacer lo que nos hicieron a nosotros”. “Ni conocían” el proyecto y “ya estaban haciendo un banderazo en contra”, criticó. Siempre incapaz de hacer una autocrítica y de señalar al gobierno anterior de todos sus males.
Con respecto a su relación con la reina KK que tanto está dando que hablar dijo: “Yo también tengo mi carácter. Yo no soy ‘pobrecito, Alberto’. He aprendido a llevarme bien con Cristina y a dialogar las cosas que no estamos de acuerdo y las que estamos de acuerdo. Con Cristina no alcanza, pero sin Cristina no se puede. Cristina tiene un caudal muy electoral muy importante, que confía en ella, que cree en ella. Puede que sea más impetuosa que yo, pero nunca la escuché hablar en perjuicio de los que peor están. Y eso la califica bien” Intentando demitificar la grieta que existiría entre ambos.
Se refirió también al decreto que busca estatizar los servicios de telefonía móvil, internet y TV por cable y volvió a defender su postura en cuanto a esta decisión: “Si teníamos que regular el precio de la telefonía fija porque era un servicio público, ahora que fue reemplazada por los celulares ¿no tenemos que regular también el precio de los celulares? Obviamente que sí”
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Y se declaró defensor del capitalismo, pero aclaro que también se debe apelar a la sensibilidad social porque sin consumidores el capitalismo no existe. Más que claro que intenta justificar de esta manera las políticas keynesianas que jamás nos llevaron a un buen puerto.
En cuanto a los dichos sobre la inseguridad que está más instalada más que nunca, sobretodo en el conurbano bonaerense se podrían calificar como tragicómicos: “No es porque las cosas están mejor, sino por la pandemia”.
“Por ejemplo, los que robaban las casas cuando estaban vacías ahora no lo pueden hacer porque están ocupadas. Este es un problema y la primera víctima es el más pobre, el que anda en la calle, no el que va en su auto. Es el que toma un tren, un subte o un colectivo”, explicó.
Y adelanto que en las próximas horas junto a Kicillof y a otros gobernadores presentaran un plan de seguridad para el Gran Buenos Aires que es donde la inseguridad esta sin freno. En ningún momento hizo referencia a los 4500 presos liberados.
Volvió a defender el nuevo proyecto del impuesto a la riqueza y minimizo esta acción e intento justificarla y expreso:
“una contribución por única vez de las grandes fortunas” y sostuvo que “ha ocurrido en todos los países, como en Alemania, por ejemplo”.
“Lo que pasa es que en aquellos países tienen la fortuna de tener empresarios y ricos más solidarios de los que tenemos en la Argentina. La verdad es que esto afecta solo a 12 mil personas de los 44 millones (de habitantes)”, remarcó al respecto.
Para los kukas siempre la culpa es del otro. O de la oposición o del gobierno anterior o de los empresarios, siguen siendo soberbios y con una gran incapacidad de autocritica.