En el discurso de extensión de la cuarentena dictado ayer desde Olivos, Alberso volvió a meter la pata, esta vez le toco a la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
El Presidente dijo que la “maravillosa” ciudad que es Buenos Aires, “es al mismo tiempo una ciudad que nos llena de culpa, de verla tan opulenta, tan desigual y tan injusta con el resto de las provincias”
Sus dichos lo único que hicieron fue avivar el fuego que se desato en las últimas horas entre el oficialismo y la oposición a la cual pertenece el Jefe de Gobieno porteño.
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A lo que Larreta no tardó en responder: “Si hay diferencias y desigualdad con la capital debemos buscar que ese desarrollo llegue a toda la Argentina, porque nuestra idea es igualar para arriba”.
“Los ultras no nos llevan a ningún buen camino, los extremos son fanáticos y nos conducen a más peleas; debemos buscar los actores con los que podamos dialogar y consensuar, y discutir ideas con altura”.
Por más que intente hacer entender que no comparte ideales con los “ultra” ni de su partido ni del oficialismo y trate de tratarse de un modo neutral las idas y vueltas con respecto a la apertura de la actividad económica y la vuelta a clases tensaron la relación entre ambas partes.
En esa línea, sostuvo que hará “lo necesario, las reuniones que hagan falta, incluso rever protocolos y modificarlos, porque pensamos que tenemos la razón en esto, y que es importante no abandonar a estos chicos que hoy no tienen ningún tipo de contacto con la escuela”.
Es de público conocimiento que Fernández no está de acuerdo con estas medidas, su modelo de gobierno corresponde a tomar medidas dictatoriales en cuanto a las libertades de los ciudadanos, coartando nuestros derechos mientras la economía está en ruinas y la pobreza crece de manera desmedida.
Larreta concluyo afirmando que en esta nueva etapa se autorizara la apertura de restaurantes al aire libre con las medidas de seguridad correspondiente.