La economía empezó a recalentarse de nuevo, el dólar sube, la inflación no para y el gobierno chamuya, improvisando todo a cada paso que da. El ejemplo que da Zuchovicki es que el gobierno para todo pone prohibiciones pero dice que está todo bien, cuando todo el mundo sabe que no es así.
La señal que da el gobierno, dice Zucho, es peor que las medidas que se toman, es tal el grado de incertidumbre sobre si se va a poder exportar, importar, los precios futuros, reponer la mercadería, etc., que los comerciantes e importadores prefieren no vender para no fundirse.
Es un gobierno que ha paralizado la economía por sus propias limitaciones ideológicas y porque ha espantado a los inversores, disciplinando a las empresas con prohibiciones o sindicalismo mafioso para extorsionarlas. Así no hay país ni negocio que aguante, pero parecen no darse cuenta de la situación.
El país esta que explota, y están haciendo malabares para llegar a las elecciones más o menos armados, aunque por abajo hay varios de ellos que siguen haciendo negocios y quedándose con cajas y empresas interesantes, como el propio Massa y sus socios Vila y Manzano.
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