Explica que el dólar es un precio más de la economía pero tiene que ver con un estado de ánimo, con este tipo de cambio, con tantas restricciones no se está haciendo sustitución de importanciones, lo que alguna vez funcionó, hoy no porque no se ve un plan de acción sino de restricción, lo que preocupa y siembra incertidumbre.
El dólar no es la causa sino la consecuencia, ni el argentino, ni el político argentino acepta el peso argentino, todos se van al dólar y encima en una caja de seguridad, si ni los mismos dirigentes confían en su gestión que le queda al resto.
El dólar no marca el único camino el único camino de la competitividad por el que se van las empresas, sino que no hay compradores, porque el costo de producción es altísimo, por el flete, restricciones e impuestos las hace no competitiva.
Las empresas ganan en pesos y cotizan en la bolsa y tienen que explicarle a sus accionistas que hay diferentes dólares lo que también le saca incentivo al sector privado.
Hoy hay una deuda que va creciendo, aumenta el déficit fiscal día a día y suponiendo que nuestros acredores internacionales nos perdonasen las deudas por nuestro déficit fiscal de todas formas estamos fundidos. Es parte del relato adjudicarle la crisis económica a los acredores internacionales.
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