Garkatelli es un payaso ensobrado que defiende a sus jefes a capa y espada. El tema en discusión eran los “genocidas”, porque acá parece que los únicos que mataban eran los milicos, y Villarruel lo cruza porque es un gil, que sale a defender a Peña, pero no dice nada de minas como Villaruel que la descalificaron por salir a defender a las víctimas del terrorismo.
Ella, como muchas otras mujeres, no se siente representada por un feminismo ideológico, partidizado como los DD.HH., y dice que se indignan por un tuit de Iglesias sobre las jodas en la quinta residencial, pero parece que necesitan salir a decir que a Peña se la criticó por ser mujer y no por su comportamiento público en plena cuarentena.
Los kukas como Garkatelli quieren desviar el foco de lo verdaderamente importante. Mientras el presidente nos retaba por cadena nacional, unos cuantos privilegiados se movían a gusto y placer para ir a visitarlo y armaban fiestas clandestinas.
La crítica de una parte de la oposición, y de gran parte de la sociedad es la doble moral que hizo que mucha gente perdiera el empleo, o cerrara sus negocios, y ellos no fueron capaces de cumplir lo que le pedían a la mayoría de los argentinos.
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