En Entre Ríos un sindicalista corrupto, y ex diputado, confiesa haber robado un millón doscientos mil dólares, o al menos eso es lo que le exige la justicia, aunque en realidad se sospecha que se afano más de 5 palos verdes, así que lo que devolvería son sólo unas monedas, porque todo lo demás se lo va a quedar guardadito.
El sindicalista de UPCN confesó el delito y pidió perdón, solicitando un juicio abreviado para que le bajen la pena, pero el fiscal le dijo que no porque tiene más de una causa. Entre ellas, tiene causas por violencia de género, amenazas y demás corruptelas. Los k afanan a cuatro manos y en todos los niveles.
Pero por más que confesó todo sigue libre. Los corruptos tienen ese beneficio, afanan, se la llevan toda, pagan buenos abogados y terminan zafando, y todo con nuestra guita. Argentina está fundida porque la corrupción atraviesa todos los niveles del estado y del sindicalismo.
En el país, los “defensores” de los trabajadores son todos empresarios y millonarios, y los políticos todos tienen patrimonios exorbitantes, propiedades y autos de lujo, pero todos “empezaron de abajo”. Se ve que la política es mejor negocio lucrativo que laburar y producir.
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