El plan de Alberso y su banda es un verdadero desastre. De plan no tiene nada y son más bien medidas para evitar que la crisis les estalle en las calles. Saben que después de las elecciones quedaron muy golpeados, y que hay muchos sectores envalentonados para arrancarle concesiones.
De hecho, los gremios están pidiendo reapertura de paritarias porque la inflación está muy por encima de lo que se cerró para este año. Y los piqueteros lograron un bono aguinaldo a los planes, mientras que a los jubilados no le dan ni un vaso de agua. Aunque como hay tanto quilombo decidieron dárselos, total, no sale de los bolsillos de ellos.
El estado argentino se la pasa gastando a cuenta, y tienen a la maquinita de escupir pesos laburando a toda máquina. Ellos la hacen fácil, son funcionarios repartiendo la de todos, porque la de ellos la administran bien y no la largan para nada.
El año termina con conflictos por todos lados, y con un gobierno que no tiene un rumbo claro de hacia dónde llevar al país, con discusiones internas, pases de facturas, y con un doble comando en donde el presidente es tan sólo una figura decorativa.
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