Durísima editorial de Joni Viale
Jony se pregunta porque no se creen en los números del covid de la Argentina en el exterior, pero la respuesta surge clara, no nos creen nada, porque se viene mintiendo mucho, y desde hace décadas.
Desde las mentiras sobre la erradicación de la pobreza de Cristina, el ocultamiento y la mentira sobre la inflación fueron los primeros indicios de una mentira que fue erosionando la capacidad de confianza de la gente.
Otros versos, pero no ya del kirchnerismo, sino de Macri fueron los 17km de subte por año y la pobreza cero. La mentira parece patrimonio de los políticos más allá del color político al que suscriba. Y para peor, cada vez Jony va al archivo no se salva uno.
También tenemos la mentira de la corrupción, en dónde pareciera que son todos angelitos, y que las fortunas personales que hicieron no tienen nada que ver con la función pública. Ese tipo de mentiras hacen que la ciudadanía no sólo no crea más en la política, sino básicamente en los políticos.
El problema no es en sí mismo la argentina, sino la casta política que nos gobierna, que más parecen velar por sus intereses que por las necesidades de la gente. Pero para peor, también le mienten a los organismos multilaterales, y por eso después nos preguntamos porque pagamos más por un préstamo que cualquier otro país de la región.
Los políticos hace años que mienten de manera alevosa. La última es la de la Oficina Anticorrupción que alega que se retira de las causas porque no tiene personal suficiente, pero contratan gente que sale en el boletín oficial. Una joda.
La “saraza” de Guzmán es algo que esta instalada en nuestra sociedad, y ya no nos espantamos de lo que pasa. La república necesita de otros políticos, dónde además de la ética de no robar, generen confianza por ser honestos intelectualmente. Por ahora, es sólo un sueño.
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