La vacunación es un fracaso en todo sentido. No sólo porque prometieron 20 millones de vacunas y terminaron comprando migajas del veneno ruso, sino porque están vacunando a militantes y amigos. A la población ni les llega, solo a los privilegiados del poder. La corrupción tiñe al kirchnerismo desde sus raíces.
Y además, viven alejados de la realidad. Esto es un escándalo moral y político, pero no extraña, son dictadores disfrazados de demócratas, por eso aman a Maduro o a Cuba. Y lo peor es que no es lo único, lo mismo sucede con las PASO, las quieren eliminar porque la institucionalidad no les importa para nada.
Pero como dice Nelson Castro, el macrismo intento lo mismo, y no pudo porque el kirchnerismo, entonces en la oposición, no los dejó. Esto marca un poco el rumbo, para el periodista, de lo impresentable que es nuestra dirigencia política, en cualquiera de sus versiones, con excepción de algunos pocos.
La república hoy no vale dos pesos, por eso la gente está apática y ya no espera demasiado, por el contrario, en lugar de salir a la calle, mira azorada como poco a poco se van devorando todo lo que encuentran a su paso. Si esto no termina, va a quedar poco sobre lo que construir una nación de verdad. El problema, como en el 2001, vuelven a ser los políticos.
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