Con los tapones de punta, le pega duro al kirchnerato
El 2020 fue uno de los peores años de la Argentina. No sólo en lo económico, sino en lo sanitario, en lo social, y en el respeto a las libertades individuales. Por eso para Lombardi el “gobierno no tiene equilibrio”, hizo una cuarentena brutal en lo económico, y con una consecuencia sanitaria terrible colocándonos entre los países que peor están. Y encima, el respeto a las libertades, en democracia vive su peor momento.
Y no es sólo por la pandemia, también por lo que sucede en provincias como Formosa, en donde la esclavitud y las torturas son moneda corriente, pero nadie parece hacerse cargo en el gobierno. Y sus aliados de los Derechos Humanos están todos calladitos, recibiendo el sobre o negocios por abajo.
Mientras tanto, el país se sume en la anarquía porque cada patrón provincial toma las decisiones que quiere, y el gobierno quedo impotente para imponer una política, dado que el poder real hoy reside en el Instituto Patria. Lo mismo sucede con la vuelta a clases, pareciera que son los gremios los que deciden la política educativa de nuestros hijos, y no el gobierno que eligió el 48% de los argentinos. Porque aunque sea una bosta, fue elegido, y eso es lo que vale a pesar de las críticas, algo que no cabe en la cabeza de los kirchneristas: la democracia.
Nos encaminamos, como dice Lombardi, a un año peor que el que paso, y si no se corrigen pronto algunas políticas lo que va a suceder es que los problemas se van a profundizar, y es difícil imaginar un país en dónde se profundice la pobreza, el hambre y el analfabetismo.
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