La sensación de la economía nacional es la de una olla presión a punto de explotar, nunca antes los números oficiales coincidieron todos como indicador de una explosión venidera indiscutible. Pisar las tarifas y controlar los precios son medidas políticas inflacionarias.
Ahora dibujan los números para dentro de dos meses poder anunciar a través del Indec una inflación menor a la real siempre bajo la explicación, son medidas electorales y cortoplacistas para un electorado que le gusta escuchar y comprar el relato de que la culpa de los precios es de los empresarios.
Loidi no ve que hay un plan más allá de las elecciones de noviembre, todas estas medidas representan galletitas de agua para hoy y hambre dentro de dos horas, todos los planes hasta los de los viajes, lo presentan como un beneficio algo regalado, que lo bancan con emisión monetaria y lo van a terminar pagando todos los argentinos.
El gobierno podría armar una mesa con dirigentes empresarios y sindicatos. para acordar que se congelen los precios a cambio de algún beneficio impositivo o baja de retenciones, pero Loidi este sería el único camino de gobernabilidad hasta el 2022, pero hasta ahora se vió que si el gobierno pierde en vez de sentarse a debatir saca medidas más duras y cierran el diálogo.
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