Los vagos siguen cortando la calle y la movilera de Antonio Laje intentó hacerle una entrevista a uno de los manifestantes, pero no quieren hablar y te mandan a hablar con el jefe político, porque ni saben para que están ahí. La mayoría van arriados bajo amenaza de sacarles los planes.
Lo peor es que, como dice Antonio, no los dejan hablar. Cada vez que un periodista quiere preguntarles algo, aparece alguno de los Ceos a cuidar su inversión y son los que monopolizan la palabra porque no quieren que se sepa que es todo verso.
Es como una estafa piramidal, cada vez que le queres hablar a uno te manda a hablar con alguien “más arriba”, y así. Parece un cuento kafkiano en dónde hay que hablar con los líderes que nunca están. Utilizan a la gente humilde para sus negocios sin ningún tipo de escrúpulos.
Eso es lo que calienta a los argentinos, mientras un sector de la sociedad se moviliza para vivir de arriba, y los dirigentes se hacen millonarios, la plata sale del bolsillo de los laburantes, que cada día vemos como nuestros bolsillos se achican por los impuestos que hay que pagar para mantener a esta caterva de vagos.
También te puede interesar: