La guardia pretoriana de los vagos del estado se dedicaron a cuidar a Máximo kirchner en su marcha a la Plaza de Mayo. Se ve que no puede caminar solo por la calle que necesitan de un grupo de desarrapados y delincuentes para que lo cuiden.
Como dice Eduardo, mientras todos íbamos a trabajar, ellos armaban su fiestita, apretaban a empresarios para que los trabajadores vayan a la plaza, y se comportan como barrabravas, con una patota protegiendo a sus líderes mafiosos. Los que dicen defender la democracia se la apropian para sí mismo y odian la libertad de prensa.
Fue una plaza de la verguenza, obscena, con un despliegue de opulencia que no guarda relación con lo que sucede hoy en el país en dónde crece la pobreza, la desocupación y la miseria. Los kirchneristas no tienen empacho en gastarse la guita en actos de propaganda, bien al estilo fascista, para mostrar que tienen poder.
Son acomodaticios, pero no pueden andar por la calle tranquilos, por más que digan que la gente los quiere, lo cierto es que necesitan de una patota para andar por la calle tranquilos, y aunque vivan en Recoleta son unos mersas que se hicieron millonarios a costa de esquilmar a la patria.
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