Luis Juez está caliente porque la dirigencia política es cada vez más impresentable. El tema que despertó el enojo del diputado de Juntos por el Cambio es la reelección indefinida de intendentes en la provincia de Buenos Aires y algo similar quieren hacer en Córdoba.
Para Juez es una monarquía que sólo dejan a sus familiares cuando salen por un ratito del sillón. De hecho, se queja que muchos de su propio espacio actúan igual que los kirchneristas y se aferran a los sillones o a defender sus privilegios.
Tal como dice Javier, son una casta y para Luis va a ser muy difícil que la gente se banque en el 2023 una dirigencia que es una bosta por donde se la mire. Y tiene razón, cada vez hay menos opciones para votar a los espacios tradicionales, por eso candidatos como Milei o Espert van creciendo.
Y Juez ha leído esto claramente, sabe que la sociedad está harta del populismo berreta y de las promesas vacías de algunos dirigentes de Juntos por el Cambio, y que si no hay un cambio ético es muy probable que ese espacio siga el mismo camino de descomposición que el kirchnerismo.
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