Los problemas estructurales de la pobreza son claros y visibles en Argentina, no se trata sólo de números, hay una contradicción entre las personas vulnerables de que a veces conviene más buscar el plan que ir a laburar.
También le pasa que al laburante, por ejemplo un camionero, que no hace horas extras para no pasarse de categoría y pagar ganancia, entonces en vez de desarrollo y riqueza seguimos generando pobreza, hay algo que no está funcionando.
El Gobierno debería apuntar al que trabaja e invierte pero este sistema no prioriza al que se esfuerza.
El trabajador formal no está incumpliendo protocolos ni en fábricas ni en comercios, el problema es lo ilegal y lo informal que es lo que el Gobierno no está dispuesto a regular y controlar como permitir festejos de las hinchadas, el velorio de Maradona y las aglomeraciones por la ley del aborto.
Si la policía no tiene la capacidad de ver donde se arman las fiestas clandestinas, entonces no estamos en las mejores manos, porque cómo va a desarmar al delito que es algo más complejo. No puede ser que la policía no se entere.
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