“Ya se pelean contra el viento” dice Joni, “seguro que lo mando Magneto”, o el capitalismo, o la oligarquía. Ventosa Paz, la cara de la derrota, ya ni el clima la quiere, y en un acto de campaña trataba de mantener la compostura mientras el viento arrasaba con todo.
Por eso se ríen Eduardo y Joni, porque es el viento electoral, el viento de la caída inminente del kirchnerismo. El viento logró que hiciera el discurso más corto de la historia de una campaña: hablo un minuto y medio, y kicillof cuatro. Eso es tener el viento en contra.
Kicillof dijo que ni el viento ni la lluvia los va a hacer cambiar de idea, pero parece que si puede lograr suspender un acto, y de paso, que se termine rápido la perorata del enano marxista, a quién siempre le gusta hablar demasiado.
El acto del otro día, dicen Joni y Eduardo, puede ser premonitorio del huracán inminente que parece llevarse puesto a todo el gobierno, y no sólo por las elecciones, sino por las peleas internas que lo están desangrando. El kirchnerismo tiene los días contados.
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