Ya pasamos a Italia en cantidad de casos y entramos en los play-offs
La cuarentena argentina se ha vuelto interminable, destructiva y agobiante. Así y todo, con la excusa de cuidarnos, y de achatar la curva, no se ha podido evitar que ocurra lo que todos temían: ya pasamos a Italia en cantidad de casos, y estamos cada vez más cerca del podio.
Nos encontramos hoy entre los 20 países con más casos en el mundo, pero eso no sería problema si no nos hubieran tenido encerrados tanto tiempo, lo que evidencia el fracaso de las políticas del tío Alberso y su pandilla.
Entre los quiebres de comercios, el aumento de la delincuencia, los problemas propios del encierro, y una economía que se derrumba día a día, el coronavirus le sigue ganando la batalla a Albertítere y su gobierno de infectólogos. Y para colmo, la provincia de Buenos Aires, en la que su gobernador hace poco se mofaba de Larreta y los casos de la Ciudad, cuadruplicó los casos respecto de la CABA, demostrando asimismo el desastre en que está sumido ese distrito.
Pero a pesar del fracaso sanitario, el gobierno está emperrado en que la población siga en casa, a pesar de que la cuarentena hoy existe sólo en la cabeza de los políticos, porque la gente, con o sin permiso, está saliendo igual a trabajar, los comercios abren, declarándose en rebeldía a la orden oficial, y así seguimos.
Ante este panorama a nadie extraña que hoy hayamos logrado dar el batacazo y tengamos más casos que Italia, y muy probablemente pasemos por encima de otros países del ranking, porque por ahora estamos en los inicios del pico, así que queda mucho camino por recorrer.
Un éxito, al menos transitorio, para el gobierno han sido la poca cantidad de víctimas fatales, pero ya se ha llegado a la plena ocupación en la mayoría de hospitales públicos y en las obras sociales. La peronchocracia parece darse cuenta ahora, después de 70 años de gobiernos peronistas, que el sistema de salud está fragmentado, desfinanciado y en ruinas.
El covid ha despertado los más ansiados sueños de control social del kirchnerismo, pero aún así, su ineficiencia nos ha llevado a este desastre sanitario, económico y político.
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