Los comerciantes del once abrieron sus comercios desafiando a la dictadura k
Los comerciantes del once se rebelaron y salieron a abrir sus negocios pese a la prohibición impuesta por el gobierno, que pesa en determinadas zonas. Después de cinco meses de encierro y persianas bajas, la situación económica para muchos comerciantes es insostenible.
Los comerciantes están en pie de guerra, e incluso, dijeron que Infobae que no van a dejar que los clausuren. Sin embargo, los inspectores del gobierno de la ciudad estuvieron dando vueltas por la zona, pero no se atrevieron a intentar cerrar ninguna persiana.
Cómo señalo uno de los comerciantes a Infobae: “No los vamos a dejar (que les clausuren). Ya lo hablamos entre los comerciantes. No queremos que nos clausuren y no nos vamos a dejar clausurar. Tenemos que subsistir. Hablando en criollo, a mi hija mañana no le puedo dar de comer una faja de clausura. Así que tengo que hacer lo que debo hacer como un padre de familia, que es proveerla. Y es lo que la Constitución me permite, el derecho a la libertad de trabajo. Eso es lo que estamos pidiendo.”
La realidad es que muchos comercios abrieron, y lo hacen porque encuentran injusto que a ellos no se les permita y si a las grandes cadenas, que en muchos casos venden los mismos artículos que gran parte de estos comercios (por ejemplo, ropa, calzado, electrónica, etc). Asimismo, la decisión se sustenta también en que el estado les sigue cobrando impuestos mientras las persianas están bajas, y que el alquiler promedio en la zona, para negocios medianos, supera los 150 mil pesos.
La mayoría de los negocios cuanta con protocolos, incluso son los mismos que tienen las grandes cadenas, por eso consideran injusta la medida que les impide la apertura de sus empresas, y decidieron tomar el toro por las astas: desobedecer la arbitrariedad del estado.
La cuarentena como proyecto político pende de un hilo. Vamos a ir observando que no sólo en once se van a dar estas desobediencias, sino en toda la capital. Y lo mismo a empezado a suceder con los trabajadores, que no pueden seguir cobrando el ATP o directamente quedarse sin empleo por lo que prefieren que las empresas en las que trabajan vuelvan a abrirse y volver allí a trabajar.
Alberso está perdiendo la pulseada de la cuarentena, y Larreta si sigue acompañando estas pavadas va a compartir los costos negativos de está asociación, porque como dicen los peronchos: “la única verdad es la realidad”, y la realidad es que la cuarentena ya no existe más, es sólo un circo de formalidad, que a los únicos que alcanza es a los seguidores de Baradel y a los vagos del estado. El resto, el pueblo que trabaja, ya está de nuevo en la calle, con o sin covid.
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