El payaso de Brankatelli se pone como loco porque llueve un poquito y La Matanza se inunda, y encima, se enoja porque una señora dijo en televisión que quisiera que en ese distrito pasara alguna vez un patrullero por la puerta de su casa.
Brankatelli, como todo kuka, es un negador serial, y dice que la inseguridad no existe prácticamente, y que nada tiene que ver que hayan soltado presos, o que se gasten la guita en las cárceles en lugar de solucionar los problemas de la gente. Pero la realidad es que los políticos se gastan la guita de los impuestos en lo que se les canta, menos en aquello que es importante para la ciudadanía.
Por eso, como todo kuka, pide que le saquen presupuesto a la “opulenta” CABA para mantener el desastre que es La Matanza. Lamentablemente son una manga de inútiles los políticos kirchneristas, dado que piden que todos tengan los mismos recursos que la capital, pero lo que no dicen es que ellos se lo gastan en lo que se les canta, porque la guita llega.
El problema es que en el conurbano los jefes políticos del kirchnerismo utilizan los recursos públicos en hacer populismo. No aceptan que cuando ellos gobiernan la guita del estado es una caja negra donde se pierde, algo que no pasa en los distritos que ellos no gobiernan y funcionan sin ningún inconveniente.
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