Los bares y restaurantes siguen cerrando. La cuarentena salvaje del gobierno destrozó la economía y a las pequeñas y medianas empresas, muchas de las cuales hoy están cerrando por la asfixia impositiva, las restricciones sanitarias, y la inflación asesina que hace imposible toda actividad económica.
Sumado a esto, los impuestos te destrozan, tener empleados es una lotería y lo adoptas para siempre. Invertir acá es una aventura para pocos y todo el tiempo te la hace más difícil. El mundo impositivo para sostener un estado inviable que solo sirve para mantener vagos esta pegándose un tiro en el pie.
Cada vez que cierran comercios, lo que sucede es que hay menos que paguen impuestos, y más gente que necesita vivir de planes sociales porque se quedan sin empleos. Es tremendo lo que cuenta el Zorrito Von Quintiero que cerró su histórico Bar Bruni por todo lo que tenía que pagar, que hizo insostenible poder seguir siendo un pequeño empresario.
La Argentina, o más bien el gobierno argentino, pareciera odiar a todos los que quieren emprender y ganar dinero, por eso se dedican a denostar a los que producen y los llaman oligarcas, gorilas, etc., el problema es que cada vez hay menos de donde succionar para mantener una maquinaria estatal cara e ineficiente.
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