Es muy gracioso ya lo que hacen los kukas de salir a pedir que bajen los impuestos porque esto es invivible. Uno de los que salió ahora es Garkatelli, que tuvo que cerrar un supermercado por el ahogo impositivo de su propio gobierno que le saca a los laburantes para darle a los vagos o para afanarsela ellos.
Se va dando cuenta que los liberales tienen razón, que el estado te destroza y tira abajo cualquier posibilidad de emprender un comercio o un actividad económica si no se es amigo de los chorros de este gobierno que hacen negocios hasta con las piedras.
El discurso liberal va calando hondo por el desmanejo en el que se encuentra el país desde hace dos décadas. Y ahora, en plena campaña, lo único que hacen es tirarse mugre en lugar de decir como van a arreglar los problemas de la gente. Por eso el hartazgo es tal que ninguno logra posicionarse políticamente y terminan sacando votos más por espanto que por amor.
Nadie dice que van a hacer para sacarnos de este atolladero porque la realidad es que no saben como hacerlo. Sanatean y le tiran el problema al próximo gobierno. Y esto no es un tema solo del oficialismo, sino de la oposición que, cuando le tocó gobernar, no tuvo lo que hay que tener para hacer lo que el país necesita.
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