Los kukas están tan desesperados que con tal de mostrar algo tiran fruta, y como dice Rossi, en cualquier momento van a terminar vendiendo pasajes para el avión de Tecnópolis. Son tan impresentables que en Cañuelas hicieron un asfalto electoral que no dura ni dos segundos.
Seguro fue el negocio para algún amigo del poder, pero es tan malo que va a durar lo que dure la campaña y de seguro luego queden los baches para los vecinos. Eso sí, de gastar en cosas que la gente necesita ni noticias.
Mandan fruta a lo loco, tratando de mostrar que hacen algo, pero la gente no es tan imbécil y ya no les cree absolutamente nada. No les alcanza ni con los planes, ni con electrodomésticos y menos aún con el relato, que ya se cayó y no tiene capacidad de hacer daño. En Ensenada hasta te regalan tarjetas de celular con carga, pero ya ni así van a lograr dar vuelta el resultado de las elecciones.
Es un gobierno de verseros, dicen una cosa y hacen otra, pero la gente en este país ya se dió cuenta de la clase de políticos que nos gobierna, pero más importante aún, se dio cuenta que si sigue confiando en estos sátrapas su situación va a seguir siendo la misma. Se sienten vientos de cambio y la preocupación del kirchnerismo no hace más que hundirlos en cada una de las mañas decisiones que toman.
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