Sabré aseguró además que en Brasil no hay grieta gracias a la política de Bolsonaro.
El analista internacional y profesor de la universidad paulista, Gustavo Segré, sorprendió con una explicación positiva sobre Bolsonaro, muy a la inversa de la horrorizada argentinidad popular.
En Brasil, el aislamiento social no es obligatorio porque no solo es potestad de los gobernadores e intendentes, sino porque Bolsonaro entiende que un estado de sitio solo se da en gobiernos no democráticos. La Constitución de Brasil es muy clara respecto del derecho de los ciudadanos a circular libremente. Bolsonaro se ajusta a la ley y para que sea obligatorio lo debe sancionar el Congreso y ser confirmado por el Poder judicial.
También demostró por qué tiene tanto apoyo Bolsonaro por parte de la sociedad brasileña: Congeló por 18 meses los sueldos del personal público estatal, lo que permite ahorrar millones de dólares al Estado para ayudar a las provincias en las que le bajaron la recaudación. Por último, calificó a la Argentina como populista por su diplomacia militante que atrasa la posibilidad que el Mercosur crezca, por ejemplo, oponiéndose a bajar los impuestos de exportación, lo que permitiría bajar los costos de los productos que se consumen.