Si hay algo que no despierta sorpresa en Argentina es la impunidad con que se manejan políticos y piqueteros. Son los verdaderos dueños del país, hacen lo que quieren: te impiden circular, trabajar, y los políticos se afanan todo con la anuencia de una militancia genuflexa.
Y ahora, la última, es que armaron un gran camping en plaza de mayo para que liberen a la corrupta de Milagro Sala, a la que consideran una presa política, aunque está presa por corrupta. Y eso que los delitos fueron demostrados en distintas instancias, pero evidentemente, para muchos, la ideología de algunos está por encima de las leyes de la república.
El problema es que a Milagro Sala se le acabó la impunidad, y está respondiendo por muchas causas de desvío de fondos del estado que en la época de Cristina se los mandaban desde el estado nacional a sus organizaciones, y toda esta guita fueron a inmuebles, autos de lujo, etc.
Los jefes piqueteros organizaron una marcha para pedir por la liberación de su par, si está cae, saben que el resto de los CEOs de la pobreza pueden correr con la misma suerte en la medida que la justicia empiece a investigar como pasaron de ser unos tirados a ser todos millonarios.
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