El sindicalismo argentino debe ser uno de los peores del mundo. No sólo porque sus dirigentes pertenecen todos al club de millonarios del país, sino que también porque arruinan a empresarios “por las dudas”. Ahora bloquearon el centro de distribución de mercado libre por posibles despidos de personal de seguridad.
Los gremios en lugar de generar que las empresas trabajen y puedan pagar mejores salarios, se dedican a destruirlas y logran que queden más trabajadores desempleados, con el consecuente impacto en las familias. Y en esto el Estado ni interviene, no les interesa lo que sucede con los sectores productivos, sino que dejan hacer porque es la excusa perfecta para después ir a estatizar.
La práctica de atacar empresas, llevarlas a la quiebra, y que las compre el estado para hacer negocios unos pocos chicos de la Cámpora, ya quedó en evidencia. La diferencia es que mercado libre es una empresa enorme, quizás una de las más grandes del país, y es posible que se vayan como tantas otras antes que dejarse extorsionar por Moyano y sus muchachos.
Es difícil pensar en algún tipo de certidumbre para el futuro, porque todo lo que se avizora es oscuridad, involución y mas pobreza. Pasamos de ser uno de los 10 países más pujantes del mundo a estar entre los peores. Solos, abandonados a la mano de Kretina y su clan de delincuentes.
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