Los comercios gastronómicos vienen para atrás. En todos los ramos los comerciantes están a las puteadas, incluso las pizzerías históricas, que están pasando su peor momento desde que abrieron. Incluso algunas, las más viejas, están en el peor momento en varias generaciones que vienen gestionandola.
Graña fue a Los Inmortales, la tradicional pizzería, que está casi al borde del cierre total. No le dan los costos de insumos, y con la cantidad de protocolos que hay se hace imposible trabajar a salón lleno. Y encima, no hay espectáculos en el centro y en muchos casos eso afecto drásticamente la facturación de esos lugares, que tienen mucho personal. Lo que termina sucediendo es que estos lugares cierran y quedan familias en la calle, que no vuelven a encontrar trabajo.
La excusa de la pandemia ha destrozado todo, incluso negocios que tienen varias generaciones trabajando. Pero no parece importarle a nadie, los políticos están pensando en las próximas elecciones, pero no en los problemas actuales. Sumada a la crisis que ya venía de antes, la cuarentena y los estrictos protocolos están matando a la gastronomía clásica de la Ciudad de Buenos Aires.
Cuando se vaya Aumento Fernández no va a quedar nada, ni trabajo, ni economía ni pizzerías. Sólo nos van a dejar los planes y los planeros. Más corte de calles, subsidios estatales y decadencia. Un país invivible.
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