Majul: la presión de CFK sobre el presidente es enorme
Analfaberto Fernández construye sus enemigos. Por momentos son los periodistas, luego elije a los empresarios y sacude a los de la oposición como Prat Gay.
¿No es raro que no se haya filtrado las 3 horas que habló el presidente con CFK? Esa reunión, ¿por qué duró tanto? Son dos resultados inequívocos: o terminó en un festival de felicitaciones mutuas o en un pase de facturas interminables. Majul sospecha por la segunda opción.
El presidente junto con Larreta y Kicillof tuvo una buena foto, pero terminó ¡¡¡peleándose con el gobierno de Suecia!!! Luego se refirió a otro clásico del peronismo: “viene el poder concentrado a doblarnos el brazo”.
Como necesita un enemigo, infló a Prat Gay, como si hubiese un monstruo muy poderoso que le dice “abra la cuarentena”, cuando no se da cuenta el “lobby” de los changarines que no tienen un mango.
Pero ¿qué presión podría no soportar un presidente con la casi totalidad de la suma del poder público? Paquete de emergencia con Decretos de Necesidad y Urgencia.
Majul no logra tener una entrevista con el presidente pero le pediría esa gente con nombre y apellido que le quiere torcer el brazo. Sino es “fulbito para la tribuna”.
Hablando del fútbol, están hablando de hacer partidos a puertas cerradas.
¡¿Tiene poco poder Fernández?! El enemigo lo tiene adentro de la administración. El plan de liberar presos tuvo la impronta de CFK y Zaffaroni. Entonces el presidente y Kicillof se lavaron las manos.
Los cacerolazos obligaron a revisar la delirante decisión del juez Violini. Muchos con delitos graves. Ahora tendrá un juicio político gracias a la Usina de justicia. Violini violó la Ley de víctimas, lo acusan de saltar varias instancias judiciales y decidió delegar en el gobierno de Kicillof de liberar a los detenidos.
Violini debería ser condenado y destituido. Violini defendió a Hugo y Pablo Moyano y los designó perseguidos políticos. CFK lo retwittea y luego dice que no tiene nada que ver con ese juez.
Encima burro: Violini estuvo en los peores promedios de los exámenes de ingreso.