Fernando iglesias le pegó duro al kirchnerismo porque son un frente de verseros. Quieren hacer creer que el país crece sólo porque hay un rebote después de la pandemia. Pero la realidad es otra. La inflación es producto de la emisión monetaria de guita que se pone en los bolsillos de los que nada producen para que compren lo que necesitan sin laburar.
Esto hace que el peso vaya perdiendo peso como moneda porque nadie cree en su respaldo. Y más allá de esto, vienen zafando por la guita que les entra de afuera, vía exportaciones y vía fondo monetario internacional. Por eso siguen apostando a que le banquen la fiesta desde el exterior, pero sin tocar nada de fondo.
Lo cierto es que, como dice Iglesias, las políticas que el populismo lleva adelante no son sustentables en el tiempo, y tarde o temprano, el frente polentero va a tener que hacer frente a una crisis que va a ser imparable. No obstante, ya no les importa nada, y aspiran a que la crisis le estalle al futuro gobierno, así le pueden echar la culpa y volver.
Para ellos es un juego, la gastan a lo pavote, le dejan el bardo al que viene, y cuando se quieren arreglar las cosas los acusan de ser derechistas, anti pueblo y cosas por el estilo. Y gracias a las publicidades pagas con actores afines logran el relato para volver prometiendo asado, pero sus políticas no dan ni para comer polenta.
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