El desastre de la cuarentena brutal del año pasado aún sigue trayendo coletazos en muchos sectores, por ejemplo en el de los jardines maternales que están colapsando con la situación financiera a la que los llevó la decisión gubernamental.
La dueña de uno de estos jardines comentó que no hubo políticas para un sector al que no le dejaron abrir durante un año. Les daban ATP y les seguían cobrando impuestos como si facturaran, pero quienes les impidieron trabajar fueron las propias decisiones de gobierno.
El desastre que hicieron fue brutal, dejaron a un sector esencial al borde de la quiebra masiva porque tienen deudas impositivas, bajó la cantidad de padres que llevan a sus hijos al jardín dado que se quedaron sin laburo, y muchos reabrieron solo para cerrar por la cantidad de deudas que se generaron gracias a las decisiones de Alberso y su banda de chorros.
Mientras miles de argentinos padecían esta situación, no hay que olvidar que ellos hacían encuentros en la quinta de Olivos, no se bajaron los sueldos, e incrementaron el estado metiendo militantes a laburar que ni laburaban ni iban porque el estado estaba lock down por la cuarentena. Un desastre total de gestión que explica parte del cachetazo que recibieron en las elecciones.
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