A pesar de tener planchado el dólar, y las tarifas pisadas, el gobierno no logra revertir el proceso inflacionario, aún cuando el país sufre una de las peores recesiones de la historia. Y esto tiene mucho que ver con la falta de credibilidad que tiene el gobierno y la imagen de Aumento Fernández. El año pasado, con todo para la inflación alcanzó al 36%, pero este año, ya con la gente tratando de consumir, ya alcanzaría el 50% anual.
Las empresas con precios regulados se están yendo, como en el caso de Wallmart. Cómo dice Zuchovicki, todas las grandes empresas que el gobierno ataca han tenido un año terrible en argentina, aunque en el resto del mundo les fue bien, por eso se van. Los precios son variables porque la formación de precios es distinta, están los alquileres, los impuestos, los costos de traslado, etc. Pero el gobierno prefiere jugar a buscar enemigos, y pensar que son otros los que generan la inflación, sino el propio estado, que no se cansó de aumentar impuestos este último año.
El flete, con los aumentos en la nafta, el impuesto a las riqueza, la suba del peaje, el aumento en patentes, todo eso hace a un precio de una empresa, con lo cual lo que dice Alberso es una falacia. Nos dejaron para atrás y encima nos quieren hacer creer que la culpa es nuestra.
Y para colmo, hoy la expectativa de reposición de la mercadería es alta, porque nadie sabe cuáles van a ser los precios futuros, entonces, ante la duda, todos siguen aumentando. La incertidumbre es exclusiva responsabilidad del gobierno.
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