A pesar de que la realidad les vive dando cachetazos, el gobierno insiste con el relato de que está todo bien, pero lo cierto es que el consumo de carne sigue bajando, y ya van más de 900 carnicerías de barrio que cerraron en el último año. Este mes se registró una baja del 14% del consumo de carne, pero para el relato la prohibición sirvió.
Nos están haciendo vegetarianos a la fuerza, ya que el gobierno que venía a llenar la heladera termino trayendo polenta para “todes”. Incluso, es la primera vez en la historia que en Argentina se consuma más pollo que carne vacuna por el alto costo de la misma.
Realmente hoy comer carne es un lujo en un país es que produce carne, y gran parte de esto es responsabilidad del propio gobierno no sólo por su incapacidad de detener la inflación, sino porque aumentaron la nafta e impuestos que impactan directamente sobre los precios de los bienes, y sobre todo de los alimentos.
Cómo dice Rabanal, esto no llama la atención porque comparando trimestres, el consumo en general viene cayendo porque la gente no tiene guita, y eso que al estar en año electoral hacen lo imposible para meter guita en el bolsillo de los planeros.
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