Resulta que Alberso se la pasaba de joda con gatos en plena cuarentena firmada por él, pero los que tiene que pedirle disculpa la oposición por pedir explicaciones acerca de un comportamiento que no se condice con la investidura presidencial.
Cómo dice Tato, “encima se ofenden”, ellos hacen jodas, meten paseadores de perro, peluqueros, etc. y los que tienen que disculparse son quienes no rompieron las reglas. A veces el discurso de Alberso es realmente insólito y parece producto de un tipo que no sabe donde está parado.
La falta de realidad de la coalición gobernante es tan grande que siguen apelando al relato para tratar de zafar de los escándalos que se suceden uno tras otro. Pero en lugar de fortalecerlos de cara a las elecciones, están logrando que muchos que los apoyaban empiecen a pensar la posibilidad de votar a un candidato no peronista en septiembre.
En la provincia aún le dan los números porque la gente está más preocupada por comer, y como la Cámpora y el Evita manejan los planes sociales, es posible que mantengan a raya cualquier discusión. Pero el desgaste ya está instalado y va a ser difícil de revertir.
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