Las cartas están hechadas, y Santiaguito tiene todos los números para ser el que se termine yendo del gobierno. La vice, que tiene el verdadero poder, quiere ahora sacar al títere y poner alguien fuerte de ella en el lugar de kafierito para que gobierne directamente en su nombre. Todavía no se termina de ver cual va a ser la decisión del títere.
Hay que ver si Alberso deja de ser perro y se saca el collar del kirchnerismo del Instituto Patria y empieza a tomar el toro por las astas. De eso dependerán los próximos dos años de gobierno del mayordomo. La encrucijada está ahí, y no hay avenida del medio, tendrá que elegir un camino si o sí, y de eso dependerá el futuro del frente de chorros.
Este sistema de vicepresidencialismo no produce ningún tipo de decisión, y ha estancado al gobierno, dejándolo sin gestión desde que arrancó. Así que ahora es momento de decidir si ejerce el poder y se dedica a armar las alianzas para sostenerse, o si capítula y se entrega al kirchnerismo.
Quedarse quieto en este momento es morir lentamente, así que el títere tiene que tomar una decisión a como de lugar y luego ser consecuente con eso. Decidir es ejercer el poder, algo que Alberso no hace desde que asumió, con excepción de la cuarentena, lo que le valió la caída de su imagen más rápido que barrilete de papel.
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