Scioli quería sacarse fotos con los campeones de la Copa América, por eso se calienta Tato, porque quieren usar a los futbolistas para tapar lo impresentable que son. Pero los futbolistas dieron una lección y no se quisieron juntar con ningún político.
El propio embajador en Brasil, Daniel Scioli los buscó apenas termino el partido a ver si rascaba algo para su propio autobombo. Pero ya los muchachos no se dejan usar más como en épocas pasadas, y tratan de despegarse de toda la mugre política y del kukerío.
La utilización política del deporte es una constante de los gobiernos populistas y autoritarios desde siempre, incluso desde la época de la Alemania Nazi que organizó los juegos olímpicos de 1938 para demostrar la superioridad racial de su nación, pero terminó quedando en ridículo.
Ayer Fernández quiso aprovechar la racha ganadora de Messi, pero ni él ni su familia quisieron ir a la Rosada, sobre todo porque el Lio mandó respiradores de regalo al país, y los k lo dejaron durmiendo en la Aduana, así que todo se paga, y los futbolistas dieron un contundente NO a la política corrupta que hoy nos gobierna.
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