Las elecciones dieron por tierra con las prohibiciones del gobierno. De prohibir las fiestas ahora las avalan, incluso, hasta el fútbol presencial dejaron volver. Se ve que la necesidad política hizo que anuncien casi el fin de la pandemia y todo quede abierto sin más. Se acabó el coronavirus y estamos en los tiempos del virus kirchnerista.
Pasaron de denostar a la gente que pedía apertura de escuelas, a abrirlas directamente ellos como si nada, porque están desesperados por no perder en noviembre, con lo cual queda claro que la salud ni la economía le importaba a los kirchneristas, sino mantenerse en el poder.
Es vergonzoso ver como gestionan el gobierno dando idas y vueltas constantes sobre temas importantes, llegando incluso hasta el absurdo y echarle la culpa de todo lo malo a Macri o a la oposición, pero sin hacerse cargo que este desmadre es propio de ellos. La necesidad tiene cara de hereje, dice el dicho, y los kirchneristas la están poniendo en práctica.
No hay que perder esto de vista en noviembre, y profundizar la caída de un gobierno que ha hecho todo mal en lo económico, lo social, lo político y lo sanitario. Sin contar, que además se han manejado como privilegiados armando un vacunatorio vip y haciendo fiestas clandestinas en la quinta presidencial.
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