A 20 años del 2001 no sólo no se fue nadie, sino que siguen los mismos, y haciendo las mismas cosas que hacían por entonces. Si bien el país había levantado un poco, en estos años generaron un mayor desastre que el que había en esa época.
La cantidad de pobres se duplicó, la inflación esta arrasando los bolsillos de los ciudadanos, y la casta política vive como millonarios en un país totalmente quebrado, al borde del abismo social y moral. Los políticos argentinos viven fuera de la realidad y se creen mejor que el resto de la sociedad.
Cómo dice Tato, utilizan los recursos públicos para sus propias necesidades, llegando incluso ahora a utilizar una grieta en la ley para mantenerse en el poder como están haciendo los intendentes bonaerenses para seguir siendo reelegidos. ¿Qué hacen?. Renuncian a sus cargos, o toman otros en niveles superiores de gobierno para volver a presentarse localmente en el 2023.
No sólo no aprendieron nada 20 años después, sino que volvieron recargados para llevarse lo poco que queda del país. Los políticos argentinos son parte del problema del país, no de la solución. Trabajan solo para ellos, esquilmando los bolsillos de los contribuyentes y ya se han convertido en una pesada carga que nadie más quiere.
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