La guerra contra la inflación es un fracaso total. Mientras no se toquen las cuestiones de fondo del gasto público y la política, el acuerdo con el fondo monetario internacional va a traer un paliativa momentáneo. Estamos en una situación inmejorable para exportar, pero el gobierno no la ve.
Lo único que se les ocurre para salir de este embrollo, dice Fausto, son más ataques a los sectores productivos agropecuarios. En lugar de incentivar la producción y la exportación, tienden más bien a prohibir, lo que genera aún más desabastecimiento y encarecimiento de precios.
No se les ocurre pedirle a las empresas de alimentos que produzcan más para abastecer el mercado externo y el interno, sino que son prohibicionistas per se. Con lo cual, los problemas econónmicos, lejos de solucionarse corren a convertirse en un gran problema. Incluso mayor que antes de la situación favorable de la guerra en Ucrania para el país.
El títere lo único que hace es pegarse un tiro en el pie y llevar al país a un abismo sin precedentes. En otros momentos de la historia, situaciones desastrosas como una guerra fueron oportunidades para un país como el nuestro, que produce lo que más necesita el mundo: alimentos.
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