La desprolijidad es tan grande en la coalición gobernante que hasta se olvidaron de decirle a Felipe Solá que ya no era más ministro, con lo cual, cuando vuelva, va a terminar encerrado haciendo una cuarentena porque no lo cubre más el decreto que lo eximía de la misma.
No obstante, ese es el menor de los problemas, la desprolijidad fue no avisarle a un ministro, que estaba en plena gira por el continente, que iba a ser reemplazado, y se entero mientras viajaba a una reunión. Hasta con los propios hacen escarnio, por no decir directamente un papelón internacional. Pero como a la kretina no le calienta porque no iba a visitar a sus amigos de Venezuela, Cuba o Rusia, ni se molestó.
Lo de Solá es una muestra de cómo maneja el gobierno la gestión, y sobre todo el Instituto Patria, de dónde salen todas las órdenes. La desprolijidad con qué se han comportado es tan grande que ya pasan de anécdotas graciosas y generan conflictos importantes, como la falta de un representante argentino en una reunión multilateral del continente.
Están llevando todo al extremo, y creen que así van a recuperar el voto de los “propios”. Pero los propios son los que los votaron ahora, no hay mucho más, a lo sumo podrán apretar a la gente pobre en el conurbano para que los vote, pero no tienen margen, y si con eso no les alcanza es probable que la crisis institucional se agudice a tal punto que nadie sabe dónde puede terminar.
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