Los comerciantes rosarinos encendieron la mecha. Sin trabajo no hay impuestos, así que se rebelaron y no van a pagar un mango a los políticos corruptos y facilistas que están jugando a fundir a la gente de laburo. El interior del país está en llamas y se le pararon de manos a la banda de delincuentes que nos gobierna.
Hasta ahora, con el verso de cuidarnos, lo único que se ha hecho es repartir planes y polenta, pero quienes apuestan a la inversión y el trabajo en Argentina se los castiga como a delincuentes, por eso empezó la rebelión y no se sabe donde termina. A nadie le interesa lo que le pasa a los laburantes, lo único que están pensando es como llegar a las elecciones o conseguir votos, pero los que laburan también votan, y sin impuestos no hay guita, y la maquinita de imprimir papelitos tiene un límite.
Hoy empezó el interior, pero poco falta para que todos los sectores productivos empiecen a ponerse en rebeldía y dejar de sostener la fiesta de reparto de guita que hacen el estado con la plata de la gente. Por que la política reparte la que no es de ellos, y la que le saca a la gente de trabajo.
Le han pedido a los comerciantes que se reconviertan, que pongan guita en protocolos para poder atender, cosa que todos hicieron, y ahora, les vuelven a cambiar las reglas de juego y les prohíben abrir. Un gobierno que no tiene brújula ni metas, y que se le ríe en la cara a quienes ponen el hombro día a día para sacar la patria adelante.
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