El dólar no arde, se incendia. Ya pasó los 200 mangos y sigue subiendo antes de las PASO, con lo cual están muy preocupados en el gobierno porque saben que llega con una economía al rojo vivo, y a punto de estallar todo por los aires.
El peso es hoy papel picado y el que puede juega a la mancha venenosa tratando de quedarse con la menor cantidad de pesos posibles porque saben que en poco no va a servir para nada, así que mejor sacárselos de encima ahora y no esperar hasta que salga mil mangos cada dólar.
Lo cierto es que no van a arreglar con el FMI y es probable que la paliza sea dura en las elecciones, con lo cual el caos está a la vuelta de la esquina. Y no es una cosa sólo local, sino también a nivel internacional están viendo que el país se encamina a una crisis financiera sin precedentes y que puede dejar una estela de mayor pobreza, hambre y miseria.
Mientras tanto, en ciudad gótica, el presidente busca sacarse una selfie con Kristalina Georgeva, la número 1 del Fondo, para tratar de dar señales de que un acuerdo es posible. El problema que tiene el títere es que no sólo no tiene poder, sino que desde adentro están a los gritos diciendo a los cuatro vientos que no van a pagar la deuda. Argentina es el Titanic, pero no necesita un iceberg para hundirse, basta con un cubito de hielo en el camino para que se vaya a pique irremediablemente.
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