Berni está a las puteadas con el frente de chorros, no sólo por los desastres del desgobierno, sino por discusiones que tuvo con el heredero Máximo porque no le dejaron armar una lista paralela. El quilombo en la alianza gobernante está tomando proporciones impensadas.
Algunos piensan que Berni está afuera, pero es un hombre de Cristina, y si bien se queja de que falten internas en el pj no es tan probable que abandone el barco. Quizás lo que piensa es que los candidatos que están en la lista están cómodos por eso ninguno milita.
Para Berni, si hubieran tenido internas, estarían todos peleando los votos, pero como algunos ya tienen asegurado su lugar ni se calientan. La política de la caja está destruyendo internamente al frente polentero cuyos líderes están viendo que la paliza se puede agrandar en las elecciones generales, aún con todo lo que se ha entregado para lograr unos puntos más.
Están muy desorientados porque todo lo que creían firme e inamovible se les está escapando entre las manos, y el relato ya paso a ser un mal chiste que ni los propios militantes oficialistas se creen. El frente de chorros cruje tan rápidamente como el hielo, y habrá que ver si llega unido a fin de año.
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