Mientras los políticos de los distintos partidos celebran que el país haya llegado a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por las consecuencias que esto trae al país, el heredero del clan kirchner hizo un berrinche porque necesita hablarle a la “militancia” y renunció a la presidencia de su bloque en la cámara de diputados.
Intentan darle una estocada al títere porque saben que no pueden torcer el acuerdo, pero tampoco pueden levantar la mano por el propio relato que han mantenido durante estos años. Entonces, sin importarle ni las instituciones, ni la democracia, ni el pueblo, montan una escenita de berrinche y hacen temblar al propio gobierno.
Porque quien renuncia no es cualquiera, sino que es el heredero del socio mayor del frente polentero y su decisión tiene mucho peso en términos de votos en las cámaras del congreso, y además, es el que mayor poder de fuego tiene de todos los dirigentes peronistas.
Si hay algo que ha logrado el kirchnerismo es montar una estructura de extorsión política basada en la movilización de vagos y planeros para sostenerse en el poder y amedrentar a todos los que no piensan como ellos. Se mueven como la mafia, dando las bendiciones o tratando de sepultarte si no haces lo que ellos quieren.
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