El campo está en pie de guerra y va con todo contra el gobierno de Alberso. Y se les están sumando otros actores como gastronómicos y docentes que están hartos del desgobierno que hoy maneja el estado y que ha fundido a medio país con una cuarentena asesina y una gestión pésima de la pandemia.
Amén de esto, lo único que hacen es prohibir absolutamente todo, la exportación de carne, la importación de insumos, y si a eso le agregamos la inflación y la cantidad de impuestos que cobran, la situación se hace insostenible. Por eso el campo reaccionó, porque lo que se ve es pura intervención estatal para quebrar empresas y estatizarlas para hacer negocios personales.
Se acercan las elecciones, y el gobierno ya no puede contener el descontento que hay en la calle. No puede complacer ni a los piqueteros que cada día le exigen más dádivas para sus bolsillos, ni a los sectores productivos que se ven perjudicados por las malas decisiones económicas y políticas.
Es un gobierno que no toma decisiones que den confianza, sino que van prohibiendo a medida que encuentran un obstáculo, y eso se nota porque no hay una certidumbre de futuro, lo que está haciendo que muchos compatriotas prefieran abandonar el barco antes de que se hunda del todo. Estas acciones son importantes porque hay que empezar a ponerle un límite a un gobierno autoritario y genocida.
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