Nombraron al ultra k Martín Soria en el Ministerio de Justicia para salir a confrontar con el poder judicial, al que el kirchnerismo quiere disciplinar para que salgan a limpiar las causas de Cristina, que sabe que no tiene otra forma de zafar si no es peleando y llevándose puesta la constitución a como de lugar.
El cristinismo puro se está quedando con todo el gabinete nacional, mientras Alberso se dedica a pasear en helicóptero o camioneta con la primera dama y con el perro. Le están sacando toda la gente y ponen en su lugar a los más cercanos al Instituto Patria. El objetivo final, que adoremos a la vice como la más santa de la historia argentina, y que encima tengamos que pedirle disculpas.
El kirchnerismo volvió por todo, y no es joda. En su afán de esconder la mugre bajo la alfombra sos capaces de todo, incluso de llevarse puesto a un país entero en pleno año electoral. Ya sabemos que no les tiembla el pulso en ser dictadores a los Insfrán, y que llegado el caso, en nombre de una revolución imaginaria son capaces de cometer cualquier atrocidad.
Se paran desde una altura moral que no tiene, pero que discursivamente, hasta ahora, les ha permitido hacer cualquier cosa. Por eso la oposición se está poniendo cada vez más dura, y si bien hay dialoguistas, no es momento para tibios, porque cada vez va quedando más claro que hay dos paises, uno dónde gobiernan los vagos y corruptos y otro donde vive la gente de bien que quiere trabajar y progresar. Cada uno decidirá de que lado esta, pero con la indignación no alcanza.
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