Alberso sigue empecinado en arrodillarse ante las necesidades de Cristina. Y el mundo le está pidiendo que cambie el rumbo porque el año que viene se choca la nave irremisiblemente. El fondo se le ríe en la cara por el tema de la autocrítica, y todos entienden que es relato para la gilada.
El gobierno le está pidiendo al FMI para que hable mal de Macri, no se hacen cargo de nada y quieren buscar culpables para los desastre propios. Por eso tribunea porque necesita hablarle a una militancia que puede darse vuelta ante las condiciones que va a tener que aceptar el gobierno para cerrar el acuerdo.
Argentina no tiene más reservas, necesita desesperadamente una política económica que dé certidumbre a la economía y se ordenen las variables. Pero parecen empecinados en seguir con recetas que vienen fallando desde hace décadas. Por eso juegan a que no sabían lo que pasaba con la deuda, pero ellos fueron parte también de esto durante sus gobiernos.
El cuarto gobierno kirchnerista va camino al abismo. Cómo las cosas no funcionan vuelven a la vieja estrategia de la herencia recibido, porque todos los funcionarios son relatores de la realidad, y ninguno se hace cargo de gestionar.
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