El estado es una máquina de fabricar billetes y está generando una inflación tremendo, pero en el gobierno dicen que el problema son los empresarios y no sus políticas desastrosas. Tan es así que, dice Rabanal, la gente termina pagando alimentos en cuotas con la tarjeta porque no tiene guita.
En un país normal, lo único que se financia son bienes durables de largo plazo, pero en Argentina la única forma de comprar algo es con tarjeta y con “ahora 180 mil” porque nadie tiene un mango. Y lo peor es que siguen dándole a la maquinita sin asco.
Y los trabajadores, frente a la inflación, se están parando de manos, pidiendo nuevas paritarias para alcanzar el 50% de inflación que ya se comió lo poco que subieron los sueldos en los últimos meses. Otra de las medidas populistas va a ser subir el salario mínimo, lo cual impactaría en los planes sociales, la única política del gobierno kirchnerista para “generar empleo”,
Es decir, se va a seguir imprimiendo para bancar a las 22 millones de personas que viven del estado, sea con planes o trabajadores. Con lo cual es un espiral de nunca acabar, como dice Tato, “un hamster que corre en una rueda sin fin”,
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