Una vez más lo tenemos a Brankatelli tratando de defender lo indefendible, en este caso el eje de la discusión fue la declaración de Beatriz Sarlo sobre el ofrecimiento que le hizo la esposa de Kicillof para “saltearse algunas filas” y recibir la vacuna. Asegurando que no fue por debajo de la mesa, Brankatelli tildó a Sarlo de maliciosa, tendenciosa y que armó toda está operativa para utilizarla políticamente.
Si bien no es un delito como el vacunagate, Savoia explicó que era totalmente irregular, ponen como excusa que era parte de una campaña, campaña que nunca existió. Se lo ofreció un conocido, no un funcionario. Era sin dudas una idea de un proyecto publicitario exclusivamente para los amigos.
Tengamos en cuenta que el primer mail es del 22 de enero, fecha en la que el kirchnerismo soñaba con las 20 millones de vacunas, que seguimos esperando.
“Hubo más anotados que vacunas” dice Plager, pero Brankatelli sigue tratando de justificarse diciendo que se creían que iban a llegar más vacunas y que el ofrecimiento hacia Sarlo fue por derecha, nada trucho y que se trató de una opereta malintencionada.
Sabemos que la discusión en el tema Ginés era si fue delito o no, pero en este caso no se discute si fue legal, sino si fue moral, y cuando se trata de los kukas ya sabemos como viene la mano.
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