Una mujer que admite haber votado a los peronchos se indigna cuando la policia le quiere sacar el puesto de venta de limones que es su único sustento para comprar lo necesario para el día para ella y sus dos chiquitos.
Fueron decenas de policias a moverle el puesto, evidentemente la señora tenía más huevos que todos los policias que la rodeaban porque no se guardó nada y les cantó las cuarenta.
Los acusó de coimeros, de pedirle plata a los puesteros o hasta de robarle los limones y que ahora que no tenía para darles nada, la corrían. Se acordó de la promesa de Alberso y Kretina de generar puestos de laburo y de especialmente apoyar a mujeres como ella que vienen bien de abajo. Obviamente se dió cuenta de que la estafaron.
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