El aumento del consumo de alcohol y drogas es una de las peores secuelas que dejo la plandemia
La plandemia nos trajo algo más que quiebre de empresas, desempleo y hambre. También trajo varios problemas relacionados con la salud mental producida por el largo encierro. Peretta pone en escena que después de 100 días de encierro aumentó el consumo de alcohol, drogas y medicamentos como los antidepresivos y el ibuprofeno.
Por eso, desde el sindicato de Farmacéuticos pide que se alerte a la población sobre la automedicación, y que se prohíba las publicidades que alientan al consumo de pastillas como el Ibupirac o marcas parecidas, dado que, si se le pide a la población que no se auto medique frente al virus, debería lograrse que están empresas dejen de alentar el consumo de pastillas que no son necesarias.
Hace rato que Marcelo viene alertando del crecimiento constante de los problemas del encierro, pero la infektadura parece no querer reconocerlos, o al menos no les da importancia. Mientras tanto, una buena parte de la población hace lo que puede para sobrellevar las consecuencias de 100 días de encierro y de atemorización cotidiana de la población.
Si hay algo en lo que se han destacado los genios del “gobierno de científicos” fue producir una sensación de miedo terrible en la gente, y muchos recurrieron al alcohol o a drogas “legales” para dormir, o para relajarse. No obstante, y si bien los movimientos se permiten mucho más, el problema persiste en una población a la cual le han dejado secuelas peores que el propio virus.
La salud de la población nunca fue el interés del gobierno, sino tenernos encerrados a todos para poder hacer sus trapizondas. El margen se les está acabando al mismo ritmo que la paciencia de la gente.
También te puede interesar: