Milei está dando que hablar, y los Brankatelli de la vida le pegan por la forma en que dice las cosas. Pero hay una cuestión bien concreta y es que está metiendo ideas que se debaten cuando el resto de las fuerzas políticas sólo proponen sexo, drogas y rock and roll.
Lo de Javier es imparable, está creciendo a pasos agigantados y empieza a canalizar las aspiraciones de muchos jóvenes y muchas personas que ven que la actual política argentina no dan soluciones a los problemas reales que tiene la sociedad. Por eso lo detestan, está poniendo en el tapete ideas que los populistas no quieren discutir.
Brankatelli parece olvidarse que Tolosa Paz de lo único que habla es de que en el peronismo se garcha, y si esas son todas las ideas que tienen estamos jodidos. Así, no vale enojarse con Milei por querer meterle algo de nivel a la discusión, más allá del tono.
Quedarse en la forma y no en el fondo son dos cuestiones distintas. Se le podrá discutir a Milei la forma, porque hasta ahora nadie se le anima a discutirle el fondo de la cuestión, porque los políticos argentinos son demagogos por naturaleza, y siempre dicen lo que el publico quiere escuchar.
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